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Desde la toma de agua de La Victoria hasta la huerta La Abrita, el recorrido por la Reserva Biológica de Sama fue mucho más que una caminata: fue una experiencia de conexión profunda con la naturaleza y de reflexión sobre el valor del agua que da vida a Tarija. Representantes de Cerámica Guadalquivir y Bodegas y Viñedos Kuhlmann compartieron un día de aprendizaje y asombro junto a los guardaparques y técnicos del Programa Apoya Sama.

El 23 de octubre de 2025, un grupo de trabajadores y representantes de las empresas Cerámica Guadalquivir y Bodegas y Viñedos Kuhlmann que son parte del grupo de instituciones que aportan voluntariamente a la conservación de las fuentes de agua pertenecientes al Programa Apoya Sama, recorrieron los senderos de la Reserva Biológica de la Cordillera de Sama, corazón de las fuentes de agua que abastecen a la ciudad y al Valle Central de Tarija.
Fue la primera visita dentro del ciclo de recorridos del Programa Apoya Sama, una iniciativa impulsada por la ONG Protección del Medio Ambiente Tarija (PROMETA), en coordinación con el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP) y la Federación de Empresarios Privados de Tarija (FEPT), que busca fortalecer el vínculo entre el sector privado y la conservación del agua.

Un recorrido hacia el corazón del agua

La jornada comenzó en la toma de agua de La Victoria, donde los participantes pudieron conocer el punto de captación de agua superficial que abastece de agua a la ciudad de Tarija, más allá de los pozos perforados. Guiados por técnicos de PROMETA y guardaparques del SERNAP, caminaron por senderos que atraviesan microcuencas y zonas de recarga hídrica, observando el papel que cumple la vegetación del piedemonte en la regulación natural del agua.

El grupo avanzó entre vertientes y quebradas, descubriendo cómo las acciones de conservación —reforestación, vigilancia y restauración— mantienen vivo este ecosistema esencial. “Rescato de la visita el poder sentir y ver toda esa naturaleza y riqueza que nosotros tenemos, además del compromiso que tenemos por esta tierra”, expresó Diego Acosta, jefe nacional comercial de Bodegas Kuhlmann, al final del recorrido.

La conciencia desde la experiencia

A medida que avanzaban, los visitantes compartieron impresiones y aprendizajes. Muchos confesaron que nunca habían dimensionado que el agua que llega a sus fábricas y hogares nace en un paisaje tan frágil y hermoso.
“Realmente gratificante saber a dónde van los recursos de la empresa —comentó Frider Cueto, del área de Comercialización de Cerámica Guadalquivir—. El agua nos pertenece a todos y es fundamental para la vida.”

La caminata concluyó en la huerta La Abrita, donde los participantes compartieron un almuerzo campestre y reflexionaron sobre el valor de los programas que promueven la corresponsabilidad ambiental.

Para Carla Guzmán, de Cerámica Guadalquivir, la experiencia fue profundamente inspiradora: “Estoy muy agradecida por la oportunidad que nos dieron de visitar una reserva tan grandiosa y maravillosa. Me siento muy feliz de que existan programas así, porque el cuidado de la naturaleza es algo primordial para la vida del ser humano. Disfrutar de los paisajes, del aire puro, de todo lo que la naturaleza nos brinda, es algo que debemos cuidar.”

Compromiso que trasciende

El compromiso ambiental no es nuevo para las empresas aliadas. Andrea Terán, directora de ventas de Bodegas Kuhlmann, destacó que la empresa busca reflejar esa misma conciencia en su gestión diaria:

“Nos alegra mucho que se sumen más actores a estos proyectos. En Kuhlmann contamos con una construcción que nos permite alcanzar una eficiencia hídrica del 94 %. Recolectamos el agua del lavado de tanques, del descongelamiento y de los techos, para reutilizarla en los viñedos. Somos una bodega ecológica y eficiente porque entendemos que el agua es vida y debemos cuidarla.” Sus palabras reflejan cómo estas experiencias de campo fortalecen un cambio cultural donde la sostenibilidad no se limita a las donaciones, sino que se integra a la práctica empresarial.

Puentes entre empresas y la naturaleza

El Programa Apoya Sama nació en 2024 como un mecanismo innovador de financiamiento ambiental que une a empresas locales, instituciones públicas y sociedad civil en la protección del agua de Tarija.
Gracias a sus aportes, se financia el trabajo de los guardaparques, se dota de uniformes, combustible y equipamiento, y se fortalecen las acciones de restauración ecológica dentro de la Reserva.

“En Sama las empresas descubren el origen del agua que da vida a Tarija. Es mostrar con transparencia lo que hacemos y fortalecer la confianza que hace posible esta alianza”, afirmó Cecilia Cortez, coordinadora del programa.

Más que una visita, una experiencia transformadora

La jornada dejó huellas que van más allá de la sensibilización. Los visitantes regresaron con una mirada renovada sobre la relación entre producción y naturaleza, comprendiendo que el futuro del agua depende de la acción colectiva.

Las risas compartidas, las fotografías junto al cauce y los silencios frente al murmullo del agua dieron a la experiencia un sentido profundo de pertenencia.“El agua nace en Sama, pero su destino está en nuestras manos”, comentó uno de los guardaparques al despedir al grupo.

Con esta primera visita, el Programa Apoya Sama dio inicio a una serie de recorridos que continuarán uniendo a más empresas en torno a un propósito común: proteger el agua y la vida que nacen en Sama.